El Embajador de la República Helénica en Perú, excelentísimo señor Dimitrios Zoitos, acompañado por el Cónsul Michail Manousakis, visitaron, el pasado viernes, 29 de de enero, la imponente Ciudad Sagrada de Caral-Supe, considerada como el principal centro urbano de la Civilización Caral, atraídos por la monumentalidad de sus edificaciones y su importante historia para todo mundo.
Los diplomáticos griegos fueron recibidos por el jefe de sede, arqueólogo Alan Ríos, quien les dio la bienvenida a nombre de la Zona Arqueológica Caral, Unidad Ejecutora del Ministerio de Cultura, y se encargó de transmitir los resultados del trabajo que se inició en 1994.
La visita de los representantes de Grecia se suma a la de los embajadores de Suiza, Australia, Malasia, Colombia, Israel, Paraguay, representantes de la Unión Europea, entre otros, que también llegaron en los últimos meses a la Ciudad Sagrada de Caral, reconociendo el valor universal excepcional de Caral.
Como se sabe la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, abreviado internacionalmente como UNESCO, agregó a la Ciudad Sagrada de Caral-Supe en la lista de Patrimonio Mundial. Reconociendo su importancia y la necesidad de continuar con su investigación, conservación y puesta en valor para el beneficio de las sociedades actuales y futuras del Perú y el mundo.
CONOCIENDO MÁS LA CIUDAD SAGRADA DE CARAL
La Ciudad Sagrada de Caral-Supe está situada a la altura del kilómetro 184 de la Panamericana Norte, a cuatro horas de la ciudad de Lima, en el valle de Supe, provincia de Barranca. Ocupa un espacio aproximado de 68 hectáreas y fue edificada hace 5000 años (3000 – 1900 a.C.). Está conformada por una zona nuclear con 32 edificios públicos y varios conjuntos residenciales, y dos zonas periféricas, una de ellas limita con el valle de Supe.
En esta ciudad se realizaron actividades sociales, culturales y económicas en coordinación con las autoridades sociopolíticas de otros centros cercanos a este. Crearon vías de interacción interregional transversal y a larga distancia para intercambiar productos y bienes con sociedades de la costa, sierra y selva, en condiciones de paz, respetando las costumbres, ideologías e idiomas, y en completa armonía y respeto con la naturaleza.
La Ciudad Sagrada-Supe llama la atención por la monumentalidad de sus edificios piramidales, como el Edificio Piramidal Mayor que tiene más de 29 metros de altura, ocupa más de 25 metros cuadrados y tiene una plaza circular hundida. Fue construida con plataformas superpuestas, hechas de piedras unidas con mortero de arcilla y grava. Sus salones y recintos los hicieron con quincha. Para los enlucidos y pintura aplicaron arcillas de diferentes colores: amarillo, blanco, rojo y beis.
Asimismo, en todos los depósitos constructivos pusieron “shicras”, bolsas hechas de fibra vegetal llenas de piedras de diferentes tamaños, que le dio sismorresistencia a todas sus edificaciones. Colocaron verticalmente, piedras de grandes dimensiones, en los muros de la fachada principal, en las esquinas de las plataformas y en las escaleras de la plaza circular.