Mensaje para el presente, la civilización agropesquera de Vichama

La civilización agropesquera de Vichama, cuya antigüedad se remonta al año 1800 a. C., se desarrolló en el distrito de Végueta, provincia de Huaura, Lima. Con elementos de continuidad de la civilización Caral, ofrece un testimonio del pasado que alcanza al presente.

Ningún otro lugar como el sitio arqueológico de Vichama ofrece un registro tan crudo de lo que significó el cambio climático en nuestra historia. “Encontramos la representación de 34 figuras famélicas en un edificio piramidal que tenía fachada hacia el norte”, comenta la arqueóloga Ruth Shady, directora de la Zona Arqueológica Caral (ZAC), Unidad Ejecutora N° 03 del Ministerio de Cultura.

“En Vichama, el cambio climático causó crisis y colapsos en las poblaciones, como puede verse en los cadáveres con costillas y estómagos huecos. Pero también se observa a jóvenes entre dos pescados, como indicando que los recursos marinos contrarrestaron esos efectos”, precisa Shady.

Los investigadores coinciden en que hacia el año 1800 a. C., cuando se desarrolló el sitio de Vichama, se produjo una etapa de cambio climático en todo el mundo. Por eso, las figuras representan a 17 adultos muertos, pero también a 17 jóvenes entre recursos marinos, como si ello hubiese permitido mitigar la sequía que colapsó la civilización Caral en el valle de Supe. Cuando el agua retorna, representan un sapo al que le cae un rayo en la cabeza, lo que signiica la lluvia.

Los cambios climáticos han tenido efectos dramáticos en nuestra historia. “Lo vimos en las civilizaciones Moche y Tiahuanaco. Se presentan de manera cíclica y causan colapso en nuestra civilización en diferentes períodos del proceso cultural andino”, refiere la arqueóloga.

Equidad de género

Aunque parece un tema actual, en la civilización Caral está presente la equidad de
género. “Encontramos estatuillas de mujer con las mismas características en varios edificios, los que nos hace ver que tenían acceso a posiciones sociales de importancia”, acota Ruth Shady.

Recuerda, entonces, que los cronistas españoles, al llegar al Perú, encontraron mujeres con cargos políticos –las capullanas del norte–.
Y decían que los hombres de estos lugares era débiles porque permitían que las mujeres también gobernaran. “Hemos tenido una tradición de equidad de género; es el segundo mensaje de Vichama”, subraya.

Una de las ofrendas halladas en el sitio son las estatuillas de un hombre y una mujer.
Un hombre importante, con orejeras y collar, que mira a una mujer con miedo; ella tiene dos collares y una mantilla similar a la de la coya, la esposa del inca. Estas estatuillas fueron consideradas uno de los diez hallazgos inolvidables del año 2015 por la revista National Geographic.
Shady explica que la coya tenía un rol muy importante en el imperio, pues intercedía cuando había conlictos entre naciones, como lo haría ahora un ministro de Relaciones Exteriores. “La mujer tenía participación. Lo vemos desde Caral, en Vichama y en la cultura Moche, en Lambayeque, mil años después, en diferentes sociedades y culturas”, refiere.

De la Selva

En Vichama hallaron también elementos culturales de la Selva. “Plumas de guacamayo, el mono aullador, caracoles y achiote. Es frecuente ver personajes con los rostros y cabellos pintados, o con los rostros con puntitos blancos y rojos. La mujer con pelo rojizo y el hombre con pelo amarillo”. Los hallazgos demuestran que hubo relaciones entre sociedades con diferentes culturas e idiomas, pero con respeto, sin el interés de aprovecharse. “No existieron armas en Vichama, tampoco es una ciudad amurallada. Sin embargo, es recurrente la presencia de elementos culturales de la selva amazónica”, concluye Ruth Shady.

Fuente: Lo Nuestro / El Peruano

Fecha de publicación: 24/08/2016