Caral, cambio climático y sabiduría ancestral

Mientras el mundo entero busca el camino hacia la mitigación del cambio climático, de Caral se pueden extraer lecciones para una gestión y uso óptimo de los recursos naturales.

Aunque el mundo parece haber cobrado conciencia plena sobre algunos fenómenos ambientales en las décadas recientes, los conceptos modernos sobre “Efecto Invernadero” fueron enunciados por J. Fourier a inicios del siglo XIX (hace 200 años), y los de “Cambio Climático” lo fueron por S. Arrhenius a finales del mismo siglo. Entonces, no son temas realmente novedosos pero sin duda cruciales para el futuro de la humanidad.

En Perú los cambios climáticos, o cambios de régimen, no son una novedad. Para las culturas pre-incas, los cambios de largo plazo en los regímenes de lluvias produjeron severos impactos y conflictos entre las sociedades costeñas y andinas, como lo muestran, entre otros, los estudios de la Dra. Maria Rostorowski.

Pero es tal vez Caral el caso más importante y emblemático de lo que el Cambio Climático puede provocar en una civilización. En la zona arqueológica Caral (en Supe, al norte de la región Lima), un equipo de arqueólogos y otros especialistas dirigidos por la Dra. Ruth Shady han cumplido 20 años de acción multidisciplinaria sobre más de 20 emplazamientos monumentales, que además de Caral, incluyen a Áspero, Bandurria y Vichama con una antigüedad de más de 6 mil años. Se trata de la civilización más antigua de América, contemporánea de las otras grandes culturas de la antigüedad. La investigación científica que allí se realiza está permitiendo conocer cómo esta sociedad desarrolló conocimientos que aún hoy en día nos pueden ser útiles para la adaptación y mitigación de los impactos del Cambio Climático que cada año que pasa se hacen más evidentes.

La realización de la COP 20 en Perú permitió presentar al mundo entero la especialización económica, tecnológica y los conocimientos ancestrales de la cultura Caral: el idioma quechua, que en general se considera cusqueño, proviene en realidad de la costa central y con profundas raíces en Caral, así como el uso de la anchoveta para la nutrición humana, más el uso de sus vísceras como fertilizante agrícola, y la tecnología de construcción antisísmica está siendo estudiada y replicada en Japón; también se considera que los sistemas de irrigación utilizando el agua acumulada en la napa freática demuestran su conciencia ambiental; la equidad de género, el intercambio cultural, el comercio transzonal, el arte, la música y otras manifestaciones de un colectivo social organizado están plasmadas en los frisos de los muros que están siendo cuidadosamente rescatados por la Dra. Shady y su equipo.

Otras investigaciones sobre paleoclima en relación con recursos marinos, están mostrando notables concordancias con los hallazgos en la zona de Caral. Así, las lecciones que se pueden extraer de esta civilización – para el bien de nuestro presente y futuro – son múltiples, pero requieren la mayor atención de la sociedad, para generar políticas públicas que se beneficien de la sabiduría ancestral sobre el uso y gestión de los recursos naturales.

Fuente: (www.revistahumanum.org)

Fecha de publicación: 16/02/2015