Arqueólogos revelan detalles sobre la lactancia materno-infantil en Perú hace 2500 años

Novedosos descubrimientos de la historia social del pasado que debemos conocer en el presente.

El equipo de investigadores de la Zona Arqueológica Caral, Unidad Ejecutora 003 del Ministerio de Cultura, dirigido por la doctora Ruth Shady, y el bioarqueólogo peruano Luis Pezo-Lanfranco de la Universidad de São Paulo (Brasil), autor principal del estudio, revelaron detalles sobre la dieta y los hábitos de lactancia materna practicados por la población de agricultores del valle de Supe, alrededor del año 500 antes de Cristo (2500 años antes del presente).

En este estudio, el primero en su género realizado en antiguos peruanos, se analizaron los isótopos estables de carbono y nitrógeno del colágeno extraído de las costillas de doce adultos y 22 subadultos (entre ellos seis menores de un año y nueve menores de cuatro años), exhumados del cementerio Quebrada Chupacigarro, ubicado a un kilómetro de la Ciudad Sagrada de Caral.

Los valores isotópicos de los adultos, especialmente de las mujeres, fueron comparados con aquellos de los infantes y niños de diferentes edades, para calcular la edad en que los bebés comenzaron a recibir sus primeros alimentos sólidos (como dieta suplementaria) y la edad aproximada en la que fueron completamente destetados. Los resultados muestran cómo debió haber sido el patrón de lactancia adoptado por las mujeres de esta población.

Según el estudio, publicado el 22 de septiembre en la prestigiosa revista especializada Bioarchaeology International de la Universidad de Florida (EUA), los recién nacidos lactaban exclusivamente hasta alrededor de los seis meses, un hecho común en las poblaciones humanas, para luego recibir progresivamente alimentos sólidos. El destete total ocurría entre el segundo y tercer año de vida, alrededor de los 2,6 años, en promedio. Estudios subsiguientes deberán averiguar si había diferencias dietéticas entre niños y niñas, pues en algunas culturas se han registrado tratamientos distintos a uno y otro sexo.

Además de proporcionar información valiosa sobre la forma cómo eran atendidos los bebés, los hábitos de lactancia son una herramienta útil para estimar las tendencias de crecimiento poblacional en las sociedades antiguas.

Normalmente, las mujeres que están dando de lactar tienen menos probabilidades de quedar embarazadas. Amamantar es una forma natural de control de la natalidad que ha sido utilizada, de forma consciente o inconsciente, por diversas culturas desde tiempos inmemoriales.

Las poblaciones de agricultores, sedentarias y con acceso a mayor cantidad de carbohidratos, que son alimentos más calóricos y de digestión más fácil para los bebés, tienden a destetar a sus hijos entre el primer y el segundo año de vida, por lo que muestran un crecimiento demográfico más acelerado. Las poblaciones nómades o aquellas con agricultura poco desarrollada, que disponen de menos alimentos, suelen posponer el destete de sus hijos hasta pasados los 3 años, como una forma de espaciar nuevos nacimientos, y por ello su crecimiento demográfico es menor.

Las poblaciones de Supe de mediados del primer milenio antes de nuestra era tenían un crecimiento demográfico significativo. Lo que sorprende en el Cementerio Quebrada Chupacigarro es la gran cantidad de niños inhumados. Casi el 70% de los individuos recuperados eran niños (48 entre recién nacidos y niños hasta los doce años), lo que sugiere, como es notorio en las pirámides poblacionales de las naciones modernas, una ancha base compuesta por menores de edad y, por tanto, un alto crecimiento poblacional.

En esta época, probablemente por cambios en el clima, las poblaciones afectadas por la sequía en la productividad agrícola, vivieron en situación de inestabilidad social. Un mayor tiempo de lactancia podría haber sido una estrategia de las madres para proteger a sus hijos en tiempos de carestía.

“Se deben tener en cuenta los efectos que tuvieron los cambios climáticos, que se han dado periódicamente en el planeta y han afectado en particular a países vulnerables, como el Perú, atravesado por la cordillera de los Andes y cuya agua de los ríos, que se origina en los nevados, estará disminuyendo con el calentamiento global”, comentó la arqueóloga Ruth Shady, directora de la Zona Arqueológica Caral y autora Senior del estudio.

DATO

En los sitios relacionados a la Civilización Caral (3000 – 1800 a.C.) se han recuperado diversas estatuillas de barro no cocido que representan a mujeres. Asimismo, en los subsiguientes sitios, como en el centro urbano Vichama, Ciudad Agropesquera de Végueta-Huaura (1800 – 1500 a.C.), se representaron a mujeres con niños en el regazo, a los que dan de lactar. En el pasado, las mujeres cumplieron diferentes roles políticos, sociales, económicos y familiares, como sus pares varones.

Fecha de publicación: 19/10/2021