Las actividades de investigación desarrolladas en la Costa Norcentral por la Zona Arqueológica Caral guardan las características de un programa de investigación multidisciplinario e integral, que incluye labores de prospección, excavación, análisis de materiales y procesamiento de la información, acorde con las exigencias epistemológicas de las Ciencias Sociales.
Es una actividad de carácter exploratorio, preliminar a los trabajos de excavación arqueológica. Consiste en una primera etapa de recopilación de información bibliográfica así como de catastros e investigaciones arqueológicas realizadas anteriormente, así como el empleo de las bases de datos como catastros rurales y urbanos, fotos aéreas e imágenes satelitales. En una segunda etapa se realiza el trabajo de campo, donde se utilizan modernos equipos de topografía, para un reconocimiento sistemático de las evidencias arqueológicas y del entorno paisajístico, así como del registro de su estado actual y las posibles afectaciones sufridas.
Se hacen registros y levantamientos de la arquitectura existente, de los caminos prehispánicos, geoglifos y petroglifos. También se ubican los recursos naturales (canteras de piedra y arcilla, fuentes de agua y ríos), que aprovecharon las poblaciones antiguas. Esta información se sistematiza, buscando abarcar la totalidad de los componentes de cada asentamiento y sus características, así como las de su entorno, el paisaje geográfico y cultural.
Asimismo se actualizan los planos catastrales de las poblaciones y de las redes, caminos, canales y calles modernas próximos a los sitios arqueológicos.
El asentamiento arqueológico queda registrado de modo completo, incluso con sus modificaciones modernas, lo que permite avanzar tanto en la investigación arqueológica cuanto en la protección del sitio. La prospección la realizan arqueólogos, topógrafos y técnicos especializados. Para los trabajos de georreferencia y topográficos se emplean un GPS diferencial Pathfinder PRO XRS y dos estaciones totales, Trimble 3600 y Leica TCR 407. En algunas secciones de los asentamientos se emplean equipos de penetración geológica como el georadar, para determinar la naturaleza arqueológica del lugar. Para estos casos se utiliza un georadar Pulse EKKO PRO, con antenas de 50, 100 y 200 MHz, y un magnetómetro GSM-19, tipo Overhause.
La excavación es el medio principal de la investigación arqueológica para la recuperación de evidencias no observables en la superficie. Consiste en el registro y retiro de las unidades estratigráficas y los materiales culturales asociados, de forma sistemática, para la mejor comprensión e interpretación de la antigua sociedad de Caral.
La estrategia empleada es la de excavación en área, que permite al arqueólogo tener un mejor panorama sobre la distribución espacial de la evidencia arqueológica y de los contextos asociados. Para la recuperación de estas evidencias lo más importante es el registro meticuloso, que se realiza durante todo el procedimiento. Un caso especial es el estudio de la arquitectura arqueológica. En éste toma especial importancia la información contextual de los materiales y las características estructurales de los edificios. En el primer caso, se documenta la asociación de los materiales con los espacios y elementos arquitectónicos. En el segundo caso, se documentan las características estructurales (cimentación, aparejos, morteros y materiales empleados). Esto último es imprescindible para el conocimiento pleno de la arquitectura y su correspondiente evaluación en términos de conservación. En este caso, adicionalmente se registran los problemas de conservación del edificio y sus componentes, para definir la intervención de conservación, en cualquiera de sus modalidades.
El registro arqueológico está conformado por todo el material escrito, fotográfico y dibujos a escala además del levantamiento topográfico y arquitectónico con estación total, y escaneos digitales, realizados durante el proceso de excavación. Se emplean diagramas Harris para la representación de las relaciones estratigráficas.
En las excavaciones se recuperan distintos tipos de materiales como tejidos, figurines, artefactos de piedra y material orgánico, restos de alimentos y contextos funerarios que nos dan información sobre los diferentes aspectos de las sociedades antiguas.
En cada sede de investigación contamos con un equipo de arqueólogos y técnicos expertos en la excavación y el registro arqueológico. Los resultados de las investigaciones se presentan en expedientes técnicos mensuales, en fichas y formatos establecidos.
Consiste en la sistematización de los datos de campo recopilados para obtener información y lograr una correcta comprensión e interpretación arqueológica. A partir de ello se establecen conclusiones, las que se confrontan con el conocimiento existente. Los resultados se plasman en informes especializados y artículos científicos. Se emplean programas de Diseño Asistido por Computadora (CAD) para vectorizar gráficos y procesar levantamientos topográficos y arquitectónicos, asimismo, para modelar superficies y volúmenes. Se preparan vistas 2d y 3d, así como animaciones 3d y ediciones de video no lineal.
En el Sistema de Información Geográfica (SIG) se incorporan los datos y registros de campo, lo que permite varios niveles de análisis de la información, así como la adecuada presentación de ella. Asimismo, se utiliza este sistema para analizar el entorno y las relaciones de las poblaciones que habitaron los asentamientos investigados.
Los resultados del análisis de los materiales arqueológicos se interpretan tomando en cuenta los aspectos sincrónicos y diacrónicos del contexto arquitectónico de los edificios y del asentamiento de donde provienen.