Vichama, el milenario pueblo al norte de Lima que sobrevivió a la hambruna

Relieves hallados en la milenaria ciudadela de Huaura evidencian cómo el fenómeo de El Niño afectó a esta civilización.

Cada vez hay más pruebas de que el milenario pueblo de Vichamapadeció de hambre, por la llegada de un intenso fenómeno de El Niño ocurrido hace 3.800 años. El resultado fue que sus campos de cultivo dejaron de producir y sus pobladores comenzaron a morir.

La historia fue perennizada en uno de los murales del templo principal del sitio arqueológico de Vichama, en Végueta, en Huaura. El sitio fue uno de los últimos pueblos habitados de Caral –la civilización más antigua de América– y es el que mejor ilustra los efectos del cambio climático de hace casi cuatro milenios.

Las excavaciones permitieron desenterrar 34 relieves. De ellos, el año pasado solo se había encontrado una hilera de niños famélicos danzando con los estómagos vacíos. Para los arqueólogos, era una clara alusión a la escasez: no había qué comer.

Hoy se ha logrado desenterrar a otros personajes que aportan más pruebas. Esta vez se hallaron adultos en estado cadavérico: aparecían con los ojos hundidos y las costillas expuestas. Se retrata a la muerte.

Para Ruth Shady, la directora de la Zona Arqueológica de Caral (ZAC), la representación es “un mensaje para el mundo” de cómo un pueblo enfrentó y sobrevivió al cambio climático.

Mar Bendito

A diferencia de Caral, Vichama supo sobreponerse a los tiempos difíciles. El arqueólogo Pedro Vargas, responsable de las excavaciones, afirma que, según los estudios, este pueblo siguió siendo ocupado después de que Caral quedara deshabitada. Lo lograron gracias a los recursos del mar. En las excavaciones se hallaron restos de peces y moluscos que los ayudaron a aplacar el hambre.

Para Vargas, la otra evidencia la encontraron en el último templo levantado sobre el edificio principal de Vichama. Se trata de un sapo con manos humanas y sobre este aparece un rayo. “En la ideología andina, el sapo simboliza la fertilidad, el agua, la humedad. Su presencia indica que llegó el tiempo de bonanza y que las lluvias volvieron”, sostiene Vargas.

Hay otros indicios de que se intentaba aplacar la furia de la naturaleza. Con el tiempo, los templos nuevos que eran construidos sobre los antiguos cambiaron de dirección. Antes los hacían con sus fachadas mirando hacia el norte, es decir, hacia la capital de Caral. Después, los construyeron mirando hacia el este, o sea, hacia el valle, hacia sus chacras. No está claro por qué, pero parece ser una respuesta de los pobladores de Vichama para menguar los días más difíciles que les tocó vivir.

Entre el mar y el Valle

Cerca de caral

Vichama fue uno de los asentamientos que participó en la dinámica económica y social de la civilizaciónCaral. Se extendió a lo largo de 140 hectáreas.

Poder femenino

Las evidencias indican que la mujer cumplió importantes roles en la organización política y social de Vichama, pues los arqueólogos hallaron estatuillas que representarían a la divinidad femenina.

Cuidado.

Al igual que en Caral, en Vichama se usaron shicras en la construcción de los templos para que fueran.

El origen mitológico del Señor de Vichama

 comercio-08-06-2015-02En el siglo XVII, Antonio Fray de la Calancha, un padre español de la orden de los agustinos, llegó hasta las tierras de Vichama y antes de predicar el catolicismo –según se narra en sus crónicas– preguntó a los pobladores del valle en qué deidades creían. La respuesta fue que en el mito de Vichama y el dios Pachacámac.

La historia narra coincidentemente la crisis de hambre y sequía por la que atravesaron todas las poblaciones de la zona y que, de la pareja real, solo la mujer logró sobrevivir. Ella, luego de tantas súplicas al dios Sol para que los rescatara de la crisis, tuvo un hijo al que llamó Vichama.

Pachacámac, otro de los más importantes gobernantes de la costa central del antiguo Perú, se opuso a que naciera y maldijo al pueblo. Luego de que Vichama llegó al mundo, los días fueron aun más difíciles.

Debido a la escasez, el joven Vichama decidió viajar por el mundo y a su regreso supo que, durante su ausencia, el dios Pachacámac había matado a su madre.

Vichama intentó vengar la muerte de su madre, pero el gobernante ya se había sumergido en las profundidades del mar.

Este mito fue representado el viernes por un grupo de actores locales en el sitio arqueológico a propósito de cumplirse ocho años del inicio de las excavaciones.

Arqueólogos, autoridades y pobladores de Végueta –la localidad más cercana a la zona arqueológica– participaron en las actividades por este aniversario.

Fuente: (Diario el Comercio)

Fecha de publicación: 28/06/2015