Restos de antigua ciudad peruana son memoria colectiva del cambio climático

Perú resguarda en los restos arqueológicos de Vichama, antigua ciudad de la civilización Caral, «la memoria colectiva del cambio climático ocurrido hace más 3.800 años», afirmó hoy el jefe de campo de este complejo, Aldemar Crispín.

De acuerdo con el investigador, las representaciones de personajes moribundos, esqueléticos y de peces, plasmadas en los murales de las edificaciones descubiertas en el valle de Supe a 200 kilómetros al norte de Lima, representan los efectos de una catástrofe natural que afectó a las poblaciones de la costa peruana en épocas remotas.

«Es la representación de un recuerdo anterior relacionado a un periodo de crisis, que estaría asociado al final de la civilización Caral, y esto motivado por los cambios medioambientales que se produjeron alrededor de 2.000 años a.C.», dijo a Xinhua poco después de participar en el Congreso de Arqueología en la sede del Ministerio de Cultura.

Crispín detalló que en el edificio principal, sector A de Vichama, se encontraron dos escenas: una superior y otra inferior, los relieves en la parte superior representan seres antropomorfos (con forma humana) e ictiomorfos (con forma de peces).

«Los altos relieves de la parte inferior, muestran los personajes cadavéricos, donde resaltan bastante las costillas, los huesos, que puede ser recordatorios del tiempo en el que hubo crisis por los cambios medio ambientales», describió.

Según el arqueólogo, estas edificaciones son, en realidad, un registro histórico de los efectos del cambio climático y la hambruna que ocurrieron en la costa peruana durante la antigüedad.

Crispín explicó que, tal como ocurre actualmente con las catástrofes naturales ocasionadas por el fenómeno de El Niño, a lo largo de los últimos 5.000 años la costa peruana ha sido escenario de desastres naturales de gran magnitud.

«Así como ahora, hemos visto el último evento de El Niño costero, también se han producido en la antigüedad y esto ha traído consecuencias en la producción agrícola», sostuvo Crispín.

Los recientes desastres naturales ocurridos en Perú a causa de El Niño costero, dejaron más de 150.000 damnificados y 210.000 viviendas afectadas.

Crispín explicó que los altos relieves que adornan algunos recintos del complejo arqueológico están graficados con peces, anchovetas en su mayoría, las cuales, como en la actualidad, eran un alimento esencial para las poblaciones costeras de la antigüedad.

«En el caso de Caral, los fenómenos medioambientales no sólo afectaron el interior del valle agrícola, sino que, también, afectaron el litoral marino y las consecuencias las sufrieron las poblaciones. No hay producción agrícola, no hay alimentos y no hay anchoveta», anotó.

Los estudios realizados por los investigadores determinaron la existencia de un mayor porcentaje de anchoveta en los restos arqueológicos de Caral, por encima de otras especies de peces.

«Hemos encontrado restos de vertebras de anchoveta y la tecnología que usaban para conservar este alimento era el secado, una tradición muy antigua que aún se conserva», indicó el experto.

En el actual distrito de Carquín, una localidad cercana a Caral, los descendientes de esta civilización continúan con la práctica ancestral del secado de pescado con sal, la cual es conocida como charqui (derivado del quechua, «secado»).

«Con la anchoveta seca preparan el plato que se llama Charquican, que es un guiso con papas, un plato ancestral», resaltó Crispín.

Asimismo, reiteró que las representaciones que evidencian los efectos de un cataclismo climático y sus efectos en las poblaciones antiguas de la costa peruana se plasmaron en las representaciones antropomorfas e ictiomorfas encontradas en las edificaciones del complejo de Vichama.

«Es una simbología, como un recordatorio de lo que ha ocurrido. No es solo una persona o dos, es un colectivo lo que muestran estas representaciones», subrayó el arqueólogo.

La ubicación de este complejo se encuentra a una altura estimada de 50 metros, resguardado de los causes de los ríos y posibles inundaciones de las aguas del Océano Pacífico, lo cual según el experto es reflejo de la previsión de los antiguos habitantes.

«Vichama tiene este recordatorio y esto (la altura), aparentemente, les habría servido porque los restos arqueológicos no se encuentran dentro de una plataforma fluvial, sino que están ubicado en un cerro, alejado de un lugar que pueda ser arrastrado por inundaciones ya sea del río o del mar, esto significa previsión», indicó.

Asimismo, Crispín aseguró que este testimonio arquitectónico, donde se representa los efectos del cambio climático, es el único en el mundo del que se tiene conocimiento actualmente.

Fuente: Agencia de Noticias Xinhua

Fecha de publicación: 10/08/2017